Carta del director

En este mes de enero, periodo que marca un punto de inflexión aunque sólo sea desde el punto de vista del optimista, aspiramos de nuevo a muchas cosas: las olvidadas, las pretendidas, las deseadas, las anheladas, las envidiadas, y así un largo etcétera de adas, aunque sin hache, que de las otras nos vendría muy bien que se pasaran por aquí un rato.

Porque en el día a día, las cosas se nos están poniendo duras. A lomos de esta brutal crisis, que está arrastrando a millones de españoles a una penosa situación de desempleo, por supuesto nada agradable para alguien que busca realizarse dignificando su vida con un trabajo decente -que está dando lugar a nuevas situaciones inesperadas que rayan con lo dramático-,  a estas alturas, sólo tenemos una cosa clara: hemos aprendido que no hay nada definitivo.

Lo que no hace mucho parecía que jamás iba a ser, ha sido. Cuando dábamos por hecho que las cosas eran así porque sí y que además, no solo que no tuvieran fecha de consumo preferente, sino que todo se perpetuaría más, entonces, de repente, estamos ante otra realidad bien distinta.

Es lo que hay y es tiempo de trabajo duro y consistente. En momentos de incertidumbre no queda más que arrimar el hombro y seguir trabajando. Es turno de la inventiva, de la capacidad, de la ilusión. O eso o nada.

Mientras esto dure, o más bien, esperando a que todo pase, nos hemos renovado. Nada especial pero quizás toda una declaración de intenciones. Le hemos lavado la cara a nuestra antigua web, la que nos ha acompañado en estos últimos años, y nos presentamos con una  fisionomía más actual, más acorde al nuevo lenguaje tecnológico de nuestros días.

Sufren cambios tanto nuestra página principal como la de esta revista, Espacio Sonoro. En breve verán la luz también la del Taller de Interpretación de Música Actual  TIMAC y la del Laboratorio de Electroacústica Musical de Andalucía de Taller Sonoro LEMAts, de reciente estreno. No hemos querido que sea solo cuestión de diseño, sino también de funcionalidad. Unas páginas más atractivas a la vista pero a la vez, útiles para todas aquellas personas que nos visitan con frecuencia, con una distribución de las pestañas más intuitiva y accesible.

Lo más importante es que no hemos perdido la ilusión por seguir compartiendo  -esperemos que por mucho tiempo más- este lugar de encuentro alrededor de la música de creación actual, este nuestro espacio sonoro, abierto a la cultura y a los problemas de creación musical de su tiempo.

Camilo Irizo