Forjado entre los ecos de Falla, Albéniz, Turina y Granados, se embarcó en el mundo de la composición en un momento en el que reinaba cierta animadversión hacia el nacionalismo o hacia cualquier forma de expresión relacionada con él. En esta aventura coincidió con otros compositores nacidos en torno a la guerra civil, que decidieron desvincularse de la denominada “música española».