Las manifestaciones de la realidad en forma de música habidas en la Historia de la Música han sido hasta ahora meramente alusivas; una alusión fundada en gran parte en la propia subjetividad y no en una representación directa de la realidad acústica del mundo exterior: desde la imitación del canto del grillo en la homónima frottola de Josquin Desprez hasta el “despertar” de la locomotora en Pacific 231 de Honegger, pasando por los archiconocidos ejemplos de las estaciones de Vivaldi o la Eroica de Beethoven…