José Manuel López estrena su Concierto para Piano en Tenerife

El pasado 11 de enero, la Bamberger Symphoniker, dirigida por Jonathan Nott y con Alberto Rosado como solista, estrenó el Concierto para piano y orquesta de José Manuel López López en la Sala Sinfónica del Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas. El concierto formaba parte de la XXXVIII edición del Festival de Música de Canarias. La obra fue coproducida por el mismo festival y Radiofrance. Con motivo de dicho estreno, reproducimos aquí la entrevista que Espacio Sonoro realizó al compositor madrileño, Premio Nacional de Música en el año 2000.

 

Espacio Sonoro.- Estrenar un concierto para piano y orquesta en la actualidad no es fácil. Coméntanos algo del proyecto.

J.M. López.- En efecto no es fácil, la obra encargo de Radio Francia en colaboración con el XXVIII Festival Internacional de Música de Canarias, fue estrenada gracias a la colaboración entre ambas instituciones. Este Concierto para Piano cuya première inicialmente estaba prevista en París, tuvo lugar gracias a la citada colaboración, el pasado 11 de enero de 2012 en el Auditorio Alfredo Kraus de las Palmas de Gran Canaria, con Alberto Rosado de solista, y la Orquesta de Bamberg bajo la dirección de Jonathan Nott. He de decir que el estreno se realizó en condiciones extraordinarias, pues la versión de esta première, por parte del solista a quien admiro y conozco bien pues he trabajado con él en muchas ocasiones, como por parte de la orquesta de Bamberg y Jonathan Nott, a quien conocí en París en el periodo en que fue director titular del Ensemble Intercontemporain, fue extraordinaria. Claramente el estreno ha activado la vida de la obra, pues recientemente la ORTVE : Orquesta y Coro de Radio Televisión Española me ha comunicado que interpretará en Madrid los días 1 y 2 del próximo mes de noviembre, mi Concierto para Piano y Orquesta, en esta ocasión bajo la dirección de Marc Soustrot. Curiosamente la obra había sido grabada por la Deutsches Symphonie Orchester de Berlin dirigida por Johannes Kalitzke, para un CD de Kairos antes de ser estrenada.

E.S.– ¿Se enfrenta un autor de manera diferente a la composición de una obra de gran formato que a una de mediano o pequeño?

J.M.L.- Esta es una pregunta no fácil de responder: evidentemente no es lo mismo escribir una obra para flauta sola, que otra para 100 músicos. En cualquier caso yo intento trasmitir mis ideas de lo que yo creo que es hoy la música y la composición concretamente, en base a los mismos principios estéticos y técnicos, ya sea en una obra para solista, en una de cámara o en una de orquesta. Ni que decir tiene que a estos formatos hay que añadir la electrónica y la informática, que en muchos casos, por no decir en todos, esté presente o no, en la interpretación de la obra, tiene una importancia capital y es la fuente de infinitas ideas. Ideas que por otra parte son el legado indiscutible del inmenso Karlheinz Stockhausen para las  generaciones actuales y para muchas de las venideras, hasta que se integre de manera natural (ya falta muy muy poco) la electrónica como un elemento más de las posibilidades sonoras orquestales o no, o en combinación.

Volviendo a la pregunta, no es lo mismo, pero precisamente este interés en aplicar los mismos principios a un formato pequeño, mediano o grande es un motivo de estimulo enorme. Las suites para violín o violoncelo de Bach presentan y  desarrollan las mismas ideas que la misa en Si menor.

E.S.– ¿Crees que está la música actual bien representada en las programaciones de las temporadas de las orquestas?. ¿Hasta que punto debe estar presente?

J.M.L.– Está muy poco representada y es lamentable que así sea. Creo que pese al museo, fantástico museo por cierto, que representa el pasado del repertorio orquestal, no puede quedarse en un museo fijado en un momento (amplio, pero finalmente un periodo corto de la historia de la humanidad). Todo ha evolucionado: los músicos, las salas, los instrumentos, las grabaciones, etc. y no es lógico, pues no pasa en ningún otro medio que este museo no evolucione, se transforme y se  enriquezca.

Ninguno de los melómanos clásicos en el sentido más respetuoso del termino, ni el más recalcitrante y reaccionario de los críticos por poner un ejemplo, confiaría su salud a técnicas médicas del siglo XIX, y menos a las del XVIII, XVII, XVI,  XV… Todos sin excepción recurrimos a técnicas de Resonancia Magnética de prospección y análisis de nuestras células, totalmente actuales, y cuanto más mejor. Poniendo en resonancia musical esto que acabo de decir aplicado a la medicina, sería ilógico no pensar y elaborar la composición de una obra en el presente, sin recurrir igualmente a técnicas de prospección y análisis de la genética de un sonido y de la combinación de este con sus semejantes. Este maravilloso museo al que antes hacía referencia, tiene pues que seguir vivo, y los oyentes y programadores tienen que ser conscientes de que los compositores actuales buscamos lo mismo que nuestros antecesores buscaban: lo nuevo y lo bello.