CAMARERO
Vanishing point, Duración invisible, A través del sonido de la lluvia.
Kairos 0013102 KAI
Debe tener César Camarero (n. 1962) alguna fijación con el agua: Trayecto líquido, 34 maneras de mirar un vaso de agua, A través del sonido de la lluvia…, son títulos que se encuentran en las grabaciones discográficas que hasta ahora han llegado al mercado, conteniendo siempre música de creación muy reciente, de este compositor nacido en Madrid con residencia en Sevilla. Y no es causal la presencia del líquido elemento, pues se tiene la impresión, con esta música, de estar ante un mundo de sensaciones dominadas, en efecto, por lo acuoso, ya que todas las sucesiones de secuencias obedecen a un mismo plan: vertebrar una trama sonora en la que el viejo tinte impresionista de Debussy (del que no está muy lejos esta música de lo ínfimo y lo aforístico) se torna resbaladizo, inasible; tonalidades, en fin, que son las que llenan de extrañeza a las tres piezas del disco. El presente registro de Kairos completa, de algún modo, el programa ofrecido por Taller Sonoro en el disco Anemos, compuesto sobre todo de piezas de cámara, de pequeño formato. Ahora, no sólo asistimos al Camarero orquestal (Vanishing point), sino también al autor de composiciones más elaboradas, de una duración y, por decirlo así, un espesor que faltaban en Anemos, registro más centrado en el detalle y el timbre sutil. Camarero se está caracterizando por la asunción de una escritura que privilegia el gusto por lo apenas insinuado, pero no siguiendo el camino últimamente amanerado de un Sciarrino, sino continuando la senda marcada por la puesta en valor del sonido de los americanos. Hay en la espléndida, totalmente subyugante Vanishing point, mucho del Varese de Amèriques, por la continua fractura de los planos sonoros engarzados gracias al empleo de la percusión, y hay también un gusto por recuperar esa particular forma de crear ambientes “atmosféricos” de un Ives, de un Carter. Pero Vanishing point, e igualmente las dos piezas restantes, no serían lo que son, es decir, piezas de alto calado, si Camarero no hubiera entendido a la perfección, como aquí queda demostrado, la lección del maestro Feldman, en lo tocante a ofrecer una tela sonora que se mueve en fases de indeterminación temporal y en un espacio en el que casi habría que decir que hay más música callada, ausente, que dicha explícitamente. Las percusiones, presentadas bajo unos timbres de refinamiento insólito, parecen proceder tanto del Feldman de la época media (Vertical thoughts) como del impudoroso gesto minimalista del Steve Reich orquestal (se piensa en Desert music). Música de especial fragancia, que no cesa de asombrar en el choque entre timbres que es Duración invisible, para instrumentos de “cámara” y dos orquestas reducidas, y en las planicies sonoras con que se monta A través del sonido de la lluvia, un trío compuesto en 2004 en donde el autor español hace suyos estos planteamientos tan caros a Feldman, como el de la sucesión de notas mantenidas para crear breves secuencias en las que el sonido parece al borde de su extinción. Ese tono de misterio y de belleza escondida lo alcanza a plenitud Camarero en este programa excepcional.