Se nos fue dos mil catorce y volvemos a estrenar año, siempre con la repetida esperanza de que las cosas, aunque de manera fugaz y no más allá del protocolo bien intencionado de desearnos lo mejor, vayan algo más favorables a partir de ese mágico instante en que suenan las campanadas en todas las televisiones del mundo.
Son fechas de intenciones, de buenas intenciones. Paralelamente, seguiremos viendo cómo un gran número de familias se quedan sin hogar por culpa de una crisis que arrastra hasta el abismo de la desilusión a un importante número de personas. Cómo la sanidad se ve recortada para ser un poco menos iguales. Cómo el paro sigue siendo una gran carga pesada que condena a la sociedad a ser un poco menos feliz. Cómo la educación y la cultura siguen siendo cercenadas sin atender a la realidad de que necesitamos de estos elementos esenciales en el desarrollo de la capacidad y la felicidad humanas para construir una sociedad mejor. Esperemos que, a pesar de todo, en breve podamos ver un cambio palpable en toda esta situación.
Mientras tanto, desde este pequeño rincón, nuestro pequeño espacio de convivencia y encuentro, volvemos a traer nuevos contenidos con las mismas ganas que el primer día, y, por qué no, con la misma ilusión perdurable de querer compartir experiencias y conocimientos renovados.
Como pequeño obsequio de reyes, en este número disfrutaremos de un artículo más, junto a los ya usuales apartados de la revista, y una muy interesante entrevista al compositor Javier Torres Maldonado. En esta ocasión contamos con la colaboración de José López Montes, Carlos Porras García, Pedro Pablo Cámara Toldos y Juan María Gómez Márquez, además de nuestro colaborador habitual Francisco Ramos.
Con el deseo de que podamos seguir contribuyendo entre todos a la difusión y conocimiento de la música actual, y, por qué no, con la ilusión de que así esté siendo -y haya sido a través de estos treinta y cinco números que nos alumbran ya- seguimos trabajando.