“KURTAG’S GHOSTS”. Obras de Kurtag, Machaut, Stockhausen, Boulez, Mussorgsky, Scarlatti, Bach, Haydn, Schubert, Ligeti, Bartok, Beethoven, Purcell, Janacek, Chopin, Schumann, Liszt.

KURTAG’S GHOSTS”

Obras de Kurtag, Machaut, Stockhausen, Boulez, Mussorgsky, Scarlatti, Bach, Haydn,

Schubert, Ligeti, Bartok, Beethoven, Purcell, Janacek, Chopin, Schumann, Liszt.

Marino Formenti, piano.

Kairos 0012902KAI

 

El aficionado aun recalcitrante ante la obra musical moderna, haría bien en prestar toda su atención a este CD que consagra el sello Kairos no ya tanto a la música de György Kurtag como a un universo sonoro compuesto-interpretado, por decirlo así, en torno a la estética del compositor húngaro. Más que una serie obras de Kurtag y compositores afines, estamos ante un álbum conceptual que promueve el propio pianista, el formidable Marino Formenti, auténtico alma mater de este especialísimo programa. En los tiempos actuales ya van dejándose ver experiencias como la presente, la propuesta de un diálogo entre diversos autores, algunos de épocas lejanas, pero que, precisamente, en su confrontación, dan lugar a signos comunes. La dimensión que cobra la obra pretérita es sorprendentemente nueva, adquiere una corporeidad fascinante. Lo que en las artes plásticas es materia recurrente, el diálogo entre obras en un principio disímiles, en música aun es una rareza, pero cada vez se siente más la necesidad de entablar este tipo de resonancias. Un programa como el que sirve este CD es un ejemplo perfecto de convivencia entre algunas estéticas que podrían sorprender, como el inserto de un tema, el inicial, de Guillaume de Machaut o el Round de Purcell. Del total de 70 piezas aquí contenidas, 40 son de Kurtag y, entre lo que más llama la atención, está toda la parte final del segundo disco, los últimos 29 minutos, que se erigen como un tour de force. Formenti abandona los muchos momentos de luz que salpican la sesión (las Davidsbündiertänze, de Schumann, la Hungarian peasant song, de Bartok), para centrarse en un mundo presidido por los malos presagios: un mensaje romántico de profunda melancolía que comienza con los potentes sonidos aislados del número nueve de la Musica ricercata de Ligeti y concluye con In memoriam Pal Jardanyi, de Kurtag. El tono habitualmente lapidario de Kurtag, su severo aforismo, se expresa en toda su intensidad en el escaso minuto que dura For Mariane Teöke (sólo se escuchan 8 notas), de profundo calado en el receptor. No menos memorable es el díptico de Liszt (La lugubre góndola nº 1, At Richard Wagner’s grave), que aparecen admirablemente imbricados en la atmósfera opresiva de Kurtag, el de Marina Tsvetaeva: It’s time: otra de sus piezas-faro.

Lo más atractivo es que, salvo alguna pausa ocasional, todo el conjunto de 70 piezas se sirve de una vez, sin transiciones, con lo que da la sensación de que estamos ante una obra única, trufada de muchos guiños al pasado y con sucesivos homenajes. Todo el programa exhala un tono de “In memoriam” que se extiende también a los compositores convocados y que pertenecen  a otra época. Como reza el título del registro, es esta una sucesión de músicas evocadoras, de fantasmas que comparten tanto el compositor Kurtag como el pianista e incluso los mismos receptores. Dicho de otro modo, es esta una original y fructífera manera de componer o montar una obra posmoderna, en donde se dan cita tanto lo actual como los fantasmas de un pasado al que se quiere homenajear. La tradición se funde con el presente de modo milagroso.  

                                                                                                                                          Francisco Ramos