EL INTÉRPRETE COMO INDIVIDUO: SOLO (2000) DE CRISTÓBAL HALFFTER. Germán Gan Quesada

En la obra de Cristóbal Halffter, la valoración del papel del intérprete se abre paso en el pensamiento halffteriano desde mediados de los años sesenta para instalarse definitivamente en él en la década siguiente; ello se refleja, desde un punto de vista práctico, en la adopción, por un lado, de la práctica del divisi generalizado en las composiciones orquestales -con el consiguiente protagonismo de cada línea individual- y, por otro, en el desarrollo de un repertorio de obras concertantes que se abre con Fibonaciana (1969/70) y continúa hasta nuestros días con el Concierto para clarinete y orquesta (2000/01).

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