A través del arte de Escher, Ligeti, Rothko y Feldman nos aproximaremos a distintas dimensiones que ligan, y a veces confunden, lo virtual y lo real. Escher, a través de técnicas como la partición periódica de la superficie, y Rothko, con su peculiar empleo de las texturas y el color, crearon espacios virtualmente infinitos donde el espectador puede sumergirse. Por su parte, compositores como Ligeti, con su técnica micropolifónica, y Feldman, con su particular empleo de la repetición y la simetría, han creado espacios sonoros poéticos (=no narrativos) donde una cierta “ubicuidad sonora” invita al oyente a soñar la infinitud.